Siguiendo con nuestro proyecto a largo plazo hoy hablaremos de salud, y con respecto a nuestro ciudadano/cliente objetivo no debemos olvidar lo que conocemos en cuanto a su voluntad cautiva y favorable predisposición, por ello no creo que sea necesario repetir lo que ya sabemos, las condiciones en las que se desenvuelve y cómo han asumido voluntariamente nuestros presupuestos con la ingenua idea de seguir creyendo que son exclusivamente suyos, así como de su completa seguridad respecto a lo que les gusta, les interesa o necesitan.
En cuanto a la salud y según la misma línea de eliminar definitivamente lo público y la intercesión del Estado en nuestras actividades, basta en principio con dirigir nuestro trabajo a ensalzar las cualidades únicas y personales de los clientes, haciéndoles creer que la prevención siempre es importante, mucho mejor si la ponen en práctica usando lo que nos apetezca ofrecerles. En primer lugar hay que hacerles creer que su cuerpo no puede valerse por sí mismo, aunque es cierto que es conveniente que se sientan a gusto con él, con su genética; y es obligado imbuirles el temor a que aquello de lo que tan orgullosos están corre el peligro de deteriorarse cada vez que salen a la calle, por lo que la seguridad que otorga nuestra protección siempre será lo más importante, y si siguen sanos no es por sus hábitos o condiciones de vida, que sí, o porque posean un cuerpo afortunado, también, sino porque nuestros productos son tan efectivos que la realidad de su salud es nuestra mejor tarjeta de presentación.
Esto no quiere decir que su salud sea de hierro, sino que es de hierro gracias a nosotros. Por ejemplo, no es que no puedan o sepan dormir o comer, sino que duermen y comen bien gracias a nosotros, porque les recomendamos lo que les conviene, lo mejor, y eliminamos el resto; el por qué nunca fue importante, ya que no se trata de lo que pierden o desconocen, que sencillamente no existe, sino de que lo que les aconsejamos y ofrecemos funciona, entonces ¿para qué preocuparse por el resto?
También quiero puntualizar en algo en lo que tal vez no incidimos como debiéramos en nuestro proyecto anterior, y se trata de disponer de una buena conexión, de calidad y rapidez, siempre con el objeto de solucionar los problemas cuanto antes, porque hablando de salud todos sabemos que los segundos son importantes. Disponer de una buena conexión y el correspondiente terminal con las garantías indispensables para un buen servicio con fiabilidad y accesibilidad las veinticuatro horas del día, tanto si se trata del principal asegurado o, mejor aún, de su compañero o compañera, o sus sagrados vástagos. Cómo no vas a disponer de lo mejor para los tuyos, con ello nos aseguramos una atención y obediencia garantizadas, además de completamente acríticas.
Necesitará, pues, la correspondiente aplicación que monitorice su actividad diaria, desde que se levanta, cómo y cuánto duerme y horas de sueño, hasta el correspondiente seguimiento, monitorización y registro de la totalidad de sus actividades, tanto habituales como extraordinarias. Esta información, previo y exhaustivo análisis del sujeto o sujetos, hasta el punto de conocer incluso la última célula de su organismo, siempre es importante porque, independientemente de la realidad personal del cliente, nos va a aporta una información vital para nuestro trabajo, permitiéndonos ir acumulando en nuestra base de datos la máxima información posible con vistas a la hora de trabajar con grandes cifras y obtener recursos y estadísticas que nos permitan en el futuro adelantarnos a los problemas, siempre para preverlos y evitarlos antes de que se presenten y conviertan en inevitables y onerosos para nuestros intereses. El objetivo final consistiría en, partiendo de un grupo de parámetros básicos comunes, testar a cada posible cliente con un mínimo de exploraciones, desechando lo no rentable y admitiendo con los brazos abiertos a los que no muestren problemas, no solo presentes sino y lo que es más importante, futuros.
Y al igual que en el apartado de la educación nuestra IA no tendrá problemas en confeccionar caras tan amigas como atentas y profesionales pendientes del cliente las veinticuatro horas del día, vigilando y cotejando sus movimientos mediante la información ya aportada y la constante comparativa con las estadísticas en nuestro poder, reteniéndoles y aconsejándoles periódicamente, además de poniendo a su alcance nuestros productos, siempre preventivos, a la hora de cualquier actividad, da igual si se trata de una comida más o menos copiosa, un partido de pádel o de subir al Everest. Tengan muy presente que nosotros nunca nos ocuparemos de enfermos porque ese no es nuestro negocio, sino de gente sana. Esa es nuestra clientela, alguien fuerte y seguro de sí mismo, que sea o no cierto tampoco es nuestro problema.