Del Whatsapp

El mundo del whatsapp es hoy día lo más parecido a un mundo feliz, tan espontáneo como sospechosamente pueril, no hay normas, cada cual puede escribir y escribe lo que le apetece y como le apetece que nadie osará señalarlo por cometer una equivocación -primera norma de uso: no se puede andar reconviniendo por norma al personal-; como también se puede parir un texto plagado de errores o completamente ilegible, excepto para iniciados en los mismos y solidarios fallos mecánicos y de atención -se apremia a la baja-, o rellenar cada una de las líneas del mensaje de turno con multitud de dibujitos que, supuestamente, ejemplifican mucho mejor que las palabras el estado del autor o lo que en el fondo quiere decir (?). La intrascendente jovialidad del invento, dicen, está diseñada contra agoreros y exigentes que solo conciben el mundo en una sola dirección, cuando la gente, en cambio, suele ser de ese otro modo, más así…(?), divertida, guay…(?), no sé; no se puede andar todo el día instando con cara de palo o criticando por las malas, hay que ser más… (?). Pero la sencillez en la concepción y uso del whatsapp se confunde a veces con la simpleza, y algunos de los significados más preocupantes de simple no lo son de sencillo -dígase también de aquel manso, incauto, mentecato o bobo. Y su supuesta comodidad anda demasiado próxima a la pereza, y pereza es también negligencia, tedio y flojedad, comodidad no. En fin, demasiadas preguntas sin resolver.

Hay un periodo en la educación infantil en el que los niños suelen confundir los sonidos, tienen alguna dificultad a la hora de formar las palabras y pronuncian erróneamente cuando intentan hablar, también hay métodos de ayuda durante esa etapa de aprendizaje en la que se utilizan dibujos para relacionar e identificar los objetos con las palabras y los sonidos correspondientes. En conjunto se trata de que el mundo infantil se vaya ampliando y enriqueciendo con nuevas experiencias, nuevos campos de conocimiento y consiguientemente con más palabras, gracias a lo cual el cerebro irá desarrollando exponencialmente sus capacidades, luego y si todo ha transcurrido correctamente ese mismo cerebro estará listo para poner en juego toda su potencialidad atreviéndose y descifrando mundos cada vez más complejos; del trabajo que se invierta en los niños en el jardín de infancia saldrán personas más capaces y felices… pero ¿hablábamos de niños?

 

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