Ver en una sala de cine Gravity es un auténtico placer -quienes se han habituado al DVD para consumir cine cómodamente en su casa no disfrutarán ni saborearán la misma película-. No recuerdo dónde leí que el experto de turno corrió a Internet nada más salir de la sala donde la proyectaban para difundir a los cuatro vientos los errores científicos de Gravity, imagino que con ello se quedaría mucho más tranquilo y descansaría mucho mejor tras descubrir al mundo tanta imprecisión y atentados a la física como suele cometer el cine, menos mal que todavía hay responsables tan interesados por la verdad. Pero mi interés no se ha desviado, era una observación que en su momento me pareció curiosa -allá cada cual-, porque lo primero que tuve claro es que Gravity es una película para ver en el cine, y en 3D, y que conste que nunca me convenció el inventó, hasta ahora lo que había visto -tal vez poco-, no merecía mucho la pena, el 3D no aportaba nada, todo lo contrario, enrarecía la película, y de los guiones ni les cuento. Gravity gravita sobre un escueto guión que se sostiene solo de pié, muestra una realización física y técnica trabajosa, templada y muy calculada, hace alarde unos efectos especiales que, al margen de los errores puntillosamente científicos, que los hay, no alteran ni pierden de vista el guión, sin salidas de tono y con las justas florituras -en manos de cualquier manirroto obsesionado con los efectos especiales la película podría haber acabado en un auténtico desastre-, y además cuenta con un montaje que consigue fijar al espectador a la butaca durante la hora y media que dura la cinta; a lo que añadir unos actores protagonistas que, en consonancia con la sobriedad de la película, permanecen en un estupendo, contenido y discreto segundo plano.
Pero es que Gravity es algo más, es cine para deleite de todo aquel que le gusta el cine en una sala de cine, independientemente de autores y directores, de temas o calidades narrativas, de tendencias, obsesiones y fobias contra el cine de autor, comercial, en 3D, etc.; Gravity es buen cine en 3D para ver y disfrutar en pantalla grande, cine semejante -salvando las distancias y la experiencia cinematográfica que en la actualidad posee cualquier ciudadano, sea cinéfilo o no- al que encandiló al mundo en sus primeros años, que más allá de su calidad y buena factura permite al espectador pasar un rato estupendo que no se arrepentirá de haber vivido.
Posdata. No puedo dejar de pensar en todos aquellos que con dinero o sin él, comprando o pirateando, han huido de las salas de proyección, se han autoinflingido una de las derrotas más tristes al dejar de lado el cine en una sala de ídem, tirando voluntariamente a la basura la hermosa posibilidad de imaginar, soñar y maravillarse que sólo proporciona la pantalla grande.