Feliz

Tocan felicitaciones, también entre quienes habitualmente no suelen felicitarse, ya sea por carácter, timidez o por nada en especial, hay gente que es así, aunque hay sonrisas que dicen mucho más que una felicitación de temporada; pero si no felicitas corres el peligro de ser tachado de borde o desagradable, lo hace todo el mundo y toca unirse a la mayoría. Son fechas de buenos deseos, aunque al día siguiente, si es preciso, nos apuñalemos por la espalda, pero una cosa no quita la otra, la cortesía y los buenos modales son la grasa de las relaciones sociales, porque una carne completamente magra o es excelente, y ni así, o se hace una bola que cuesta masticar y digerir, incluso puede ahogarnos; y en el caso de ser casi todo sebo la carne puede llegar a asqueante y repulsiva, luego si todavía seguimos pasando años juntos es porque en el fondo todos entendemos que la grasa es necesaria para el día a día; lo siento por los vegetarianos.

Otra cosa es exigir sinceridad en la felicitación, o un algo más que salir del paso, quizás sea pedir demasiado porque, en el fondo, cada cual nos dedicamos a lo nuestro y no tenemos tiempo para preocuparnos por cómo le va a los demás, se trata de felicitar, no de desgranar confesiones cada dos pasos. Y si a usted le chirría alguna de las que reciba o de las que deje caer de cualquier manera no le dé importancia, mañana será otro día y las cosas volverán donde estaban; y si se le olvida corresponder o decir la primera palabra tampoco se preocupe, la gente no va por ahí mirando con lupa lo que hacen los demás, siéntase feliz y contento de estar todavía vivo, con eso ya tiene para quedarse satisfecho; la forma en que lo lleve es otra cuestión, no vamos a entrar en detalles que no vienen a cuento, ahora no toca, hablamos de una simple felicitación a la que obligan las fechas, pero, ya puestos…

 

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